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jueves, 10 de julio de 2014

Ravenous (1999). De lo que se come se cría


A muchos nos suena el Wendigo, gracias a los Mitos de Cthulhu o al relato de Algernon Blackwood. Pero esta criatura, relacionada con el frío, la hambruna y el tabú del canibalismo, proviene de la mitología india. Pese a su potencial, no hay muchas películas que lo utilicen como recurso, aunque a finales de los noventa, tuvo su aparición en un par de producciones, que hoy han quedado un poco olvidadas.


Ravenous comienza con la llegada del capitán Boyd a un fuerte, alejado de toda civilización y apenas poblado por cinco soldados y dos hermanos indígenas durante los meses de invierno. Una noche, un asustado superviviente les alerta de  una caravana perdida durante meses a varias millas de allí, donde sus miembros han malvivido alimentándose de los cadáveres de sus compañeros, hasta que uno de ellos ha desarrollado gusto por el canibalismo y ha empezado a asesinar a sus compañeros. Con intención de salvar a la última víctima, la compañía parte en busca de los restos del campamento, pese a las advertencias de su guía indio. Este les advierte que todo aquel que come carne humana se convierte en Wendigo, y adquiere la fuerza de su víctima. Los soldados lo toman por supersticiones, pero no sospechan que el aislamiento pueda haber afectado al superviviente que los acompaña. 



Lo más interesante de la película es tomar un elemento mitológico poco conocido, y crear una historia sencilla, más cercan al suspense y al género de aventuras, que el cine de terror con efectos informáticos que empezaba a estilarse en esos años. Con la ambientación, en la América de los fuertes, los soldados y los buscadores de oro, es imposible no acordarse de los relatos de Ambrose Bierce. Y por el humor negro, también, ya que esta no está planteada de una forma completamente dramática, sino que no llegan a tomarse en serio del todo los personajes y su escenario, jugando un poco a la broma y a lo esperpénticos que resultan algunos. Lo cierto es que esta parte es la que está peor llevada, porque aunque al tema de la hipocresía del ejército le sienta muy bien ese tratamiento, al resto le habría ido mejor una aproximación algo  más seria. La banda sonora intenta recoger esos toques de humor negro, con algunas piezas que adaptan canciones populares de la época, pero lo cierto es que en muchos casos esta corta bastante el rollo respecto a lo que se está viendo. No se puede decir que ese intento de montaje moderno les haya salido muy bien.



En cambio, las interpretaciones contribuyen más al buen resultado: si Guy Pearce, además de correcto y con la cara menos chupada que hoy, cumple su papel protagonista, es Robert Carlyle el que lleva el peso de la película. Con uno de sus primeros papeles internacionales, después de dar el salto con Full Monty, caracteriza a un antagonista divertidísimo, donde es capaz de saltar con toda facilidad a un papel de demente salvaje, a otro de civilizado (pero igual de loco).



Su otra ventaja es lo sutil del aspecto fantástico, y su forma de enlazarlo con una situación real. El guión juega al despiste con el tema del Wendigo, no llegando a verse nada sobrenatural y no quedando claro si todo lo relacionado con él, como la fuerza adquirida por estos caníbales, tiene una explicación lógica. Además, cuenta con un par de giros que sorprenden bastante: lo que parecía que iba a empezar con una sucesión de asesinatos y el enfrentamiento final entre los protagonistas, toma un camino más pausado, explotando más las dudas entre el tinte fantástico del guión o su versión más realista.




Ravenous fue en su momento de esas películas que se estrelló en taquilla. Contaba con buen reparto, un guión con potencial..y se quedó por el camino. Vista hoy, algunos de sus fallos se notan demasiado, como su montaje inicial con una música un poco inadecuada, y el no saber conjugar bien el suspense y el humor negro. Pero en conjunto, se trata de una producción divertida, a la que se le debería haber hecho más caso, aunque solo fuera por la interpretación que ofrece Robert Carlyle antes de ser conocido como el Rumpelstinskin de Érase una vez. 

4 comentarios:

Liliana Fuchs dijo...

La ví hace bastantes años ya al pillarla de casualidad en Canal+. La recuerdo como un entretenimiento divertido; me llamó mucho la atención ver "al de Full Monty" en semejante papel, aunque ahora no extraña tanto teniendo en cuenta su Rumpelstinskin :P.

Un abrazo

Renaissance dijo...

En su momento no me extrañó verlo porque estaba empezando a tener tirón como actor en el cine estadounidense. La verdad es que es bastante entretenida, de esas cosillas que pasan desapercibidas y las acabas descubriendo quince años después.

Unknown dijo...

De esa peli me gustó la analogía entre el canibalismo literal de los protagonistas y el canibalismo expansionista americano. Lo de las canciones populares (mucha gente recuerda, de forma especialmente negativa, la persecucion tras la "escena de la cueva") diría que es un resto de cuando el film fue concebido en su origen, como una pura comedia e histrionica, reenfocandose a algo "más serio" con la sustitucion del primer director y la llegada de Antonia Bird. Lo del Wendigo lo utilizan solo como baza al porqué del gusto culinario particular y apunte más o menos sobrenatural para curarse heridas, pero no sé va más allá (ni les interesa) en el mito. Esperando aún una peli más centrada en el Wendigo y, por supuesto, buena. Creo que lo más interesante que he visto relativo a esto, fue una muy pequeña cosa canadiense llamada "Ghostkeeper (1981)", que ya es triste, además demasiado tirante al componente slasher.

Renaissance dijo...

No sabía lo del cambio del director y tono, aunque eso explica muchas cosas. La pelícla me gustó (la ví al poco de escribir sobre ella pero era casi de lo poco tirando a terror que se sacó en esa década que no fueran Screams y similares), aunque me desconcertó mucho el cambio brusco de tono, cuando pasan del humor negro a presentar un poco el tema del wéndigo como una historia más de suspense.

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